lunes, 14 de enero de 2013

De XP a Ubuntu

Estoy sentado frente al ordenador en mi mesa de trabajo de la oficina. Hoy he decidido que no pienso producir un pimiento, y que estas líneas me valgan de vía de escape.

Soy un "chaval" de 32 años (tirando para 33), buen amigo, marido mejorable y padrazo. Me he pasado gran parte de mi juventud estudiando fuera de casa, tratando de ser muy bueno en lo mío, a costa de pulir la herencia de mis padres en vida.

Empecé a trabajar de programador aunque no tenía ni idea, y durante 5 años me he dedicado a aprender, producir, cometer errores y a soportar a un cliente que nadie quería. Todo esto, en una categoría mucho más baja de la que me correspondía. Cerrándome las puertas de ascender por querer pasar más tiempo con mi hija y pedir la reducción de jornada. Sobra comentar que hubo amenazas y tonos desproporcionados, aunque mi respuesta siempre ha sido la misma. "Entro a mi hora y salgo a mi hora."

Aún con unos beneficios de más de un millón de euros, los de la corbata decidieron que no era suficiente y pensaron en hacer un ERE, para ver si esos indeseables sindicalistas, se marchaban a otro sitio. Ocurrió que los granos en el culo se quedaron y los supuestamente validos, escaparon al ver acercarse la tormenta. Después de estar 6 meses en casa ( he de confesaros que han sido los mejores meses de mi vida, siempre cerca de mi hija), me dicen que mañana 10 personas se van a la calle. La verdad, no he podido dejar escapar una sonrisa, porque ya lo sabía, aunque curiosamente pocos lo veían.

Pero lo que no me creo, lo que no soporto, lo que hace que quiera coger esta pantalla y lanzarla es que todos seguimos con nuestras tareas. Mañana diez compañeros se van (nos vamos) a la calle, y la gente habla de servicios caídos, de lo que el médico le ha recetado y de su puta madre.

De verdad, espero (deseo) ser uno de los que mañana se vayan a la calle. No entiendo como he podido soportar a tanto soplapollas por tan poco. No llego a entender como he llegado a conformarme, a acomodarme con 1000 euros al mes a cambio de un disgusto continuo.

Mañana, empezaremos de 0. Buscaré (o si no crearé) algo que realmente me llene. Algo que aunque suponga más horas de trabajo, me haga sentir feliz. Algo que no sea producir para ganar dinero, sino para llevar una vida digna y comprometida con mis principios.

Mañana me reseteo, pero en vez de funcionar como un XP, iniciare como Ubuntu.

Deseadme suerte. Yo os lo deseo.

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